Con el paso de los años me doy cuenta de que cada vez prefiero menos pero más profundo que más y más pasajero; en las cosas importantes y en las cosas más sencillas. No quiero perderme los detalles porque en ellos es donde conecto con la magia de la vida y el sabor a impermanencia que hace plena esta existencia.
Hace solo un año dije adiós a la vida frenética del mundo start up en la capital inglesa, y siento que aún me estoy recuperando del impacto que 10 años de hacer todo para ayer tuvo en mi sistema nervioso. Al transformar mi vida por completo y salir de lo establecido, he sido consciente de que de alguna manera, siempre hubo una capa subyacente de estrés y algo de ansiedad que me ayudaban a ir al ritmo del trabajo y la ciudad. Creo que sirvieron su propósito en su día, y aprendí tanto de aquello... Pero mi alma dejó claro que ella ahí no pertenecía, y aunque a ratos aún lo extraño, sé que hice bien en dejarlo.
Acabo de empezar el libro de Xuan Lan (La buena hija vietnamita) para conocer mejor su historia antes de invitarle al podcast. Cuando un libro me apasiona soy muy dada a devorarlo, pero estoy en un momento de mi vida en el que estoy necesitando ir un poco más despacio. Este es siempre el dilema cuando lo que amas se convierte en tu trabajo; en teoría debería ir más deprisa para ser más productiva, pero ya lo he dicho más arriba: No quiero perderme los detalles. En ellos está la magia de la vida y el sabor a impermanencia que hace plena esta existencia. Y no puedo esperar profundidad en la conversación sin dedicar profundidad a la preparación.
A veces me pregunto si es procrastinar o es que por fin elijo disfrutar.
Yo creo que es la segunda. Pero después de unas semanas con el focus aparcado (y no hablo del coche), quizá también esté procrastinando. Sea lo que sea, lo importante es darse cuenta, y no culparse por ello. Esta es la preciosa libertad que te regala conocerte, y saber que no hay más productividad que respetar y confiar en los ritmos que pide el cuerpo… y también los de la mente.
El otro día la escritora y terapeuta Lisa Olivera recordaba lo importante:

Y aquí es donde está la magia. En saber que no toda estación es siempre de superación. Y que aunque cada año tenga cuatro, algunos días tienen ocho, y abrazarlo es ser humano.
¿Entonces, el secreto es ir despacio?
Aunque creo que bajar el ritmo es cada vez más necesario, siento que es más importante 'darse cuenta’. Puedes ir a dos por hora y no ver ni lo que hay delante; o moverte muy deprisa pero vivir al completo.
Para mí la conclusión es que no es la velocidad, lo que cuenta es la intención. El por qué hacemos las cosas; luego el cómo; y por supuesto el con quién.
Que apuntemos al cielo; sí. Que soñemos a lo grande; también. Que tengamos ambición y trabajemos con pasión; claro. Pero que nunca olvidemos darle espacio al corazón, y sobre todo serle fiel a la intuición.
Por estas fechas dos años atrás fuimos a Nueva York a celebrar el gran 60 de mamá, y este mural me habló directo al corazón:

Fue mi fondo de pantalla mucho tiempo, porque de verdad creo que de esto va la vida. De quitarnos los escudos y abrir nuestro corazón, e impulsarnos mutuamente en el camino hacia delante.
Y con este simple pero gran mensaje me despido esta semana. Con un profundo deseo de que todos encontremos ese algo que nos haga sentir realizados; que cambiemos competir por ayudarnos a sentir; y que sigamos yendo adentro y cultivando esa energía infinita que nos une y da la vida.
Con amor,
-Elena.
NOVEDADES IMPORTANTES
🎙️Podcast: Volvemos con nuevos episodios el viernes 20 de septiembre. Si todavía no has escuchado el podcast en directo del encuentro de Valencia, es aquí:
🦋Alas y Raíces: Próximo encuentro el martes 10 de septiembre a las 19:30h. En él compartiremos los aprendizajes más valiosos del verano y estableceremos intenciones para tener un final de año consciente, alineado y que nos llene. Si quieres probar gratis la experiencia, responde a este email con tu nombre completo y te mando una invitación.
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Que importante ser consciente del ritmo que quieres poner a cada momento, bien sea rápido o bien sea lento. ¿Por que no vivir ambas situaciones dependiendo de la circunstancia?
Hace unos meses no me lo plantearía y diría que hay que bajar el ritmo a toda costa, ahora mis circunstancias me dicen que pudo combinar ambas, siempre y cuando sea consciente de a que le estoy dedicando mi tiempo e intención.
Gracias por hacernos plantearnos cosas simples que al llevarlas a la práctica sin embargo, no lo son.
Que bonito escribes! Llegas al corazón y también a la razón con tus palabras. Que suerte que le hicieras caso a tu intuición y llegaras a escucharar tu alma😊. Se nota en cada cosa que compartes que éste es tu camino. Lo haces bonito! A mi me llega bonito🥰
Gracias por darte por que llegas a los demás de corazón. 😘