Son las 23:19 del 23 de diciembre. Me había prometido que iba a resistir la tentación de sentarme a escribir durante los días de vacaciones, pero hay fuerzas imparables a las que una tiene que entregarse, y hay una que es casi gravitacional que mientras veía Interestelar me ha pedido que sea su canal.
Hoy he tenido el primero de unos cuantos eventos sociales que se alinean cual fichas de dominó esperando a que llegue su turno de caer. Ha sido con mis amigas del colegio. Llevamos 30 años juntas de los 33 que llevamos en este mundo, y eso es algo por lo que me siento enormemente agradecida. Somos ese grupo en el que a veces no hace falta ni mediar palabra, porque con mirarnos sabemos lo que estamos pensando; o más bien lo que estamos sintiendo. Vemos más allá de la punta de nuestros icebergs, y eso es lo que ha hecho de pegamento tantísimo tiempo.
Como no escribí newsletter el domingo, me acompañaba una sensación de querer sentarme a escribir antes de Navidad. No tenía claro qué quería decir, pero como siempre pasa con la inspiración, cuando había aceptado que quizá esta vez no llegaría a tiempo, me ha venido un mensaje especial, y me lo ha dado Interestelar.
Hay un punto en el que la misión no está yendo como los protas esperaban, y debido a la velocidad a la que pasa el tiempo en el espacio, se dan cuenta tras un cambio en el rumbo inicial que en sus últimas horas han pasado más de 20 años en la Tierra. En ese punto se paran los tres a observar la situación y a decidir qué camino seguir, siendo absolutamente conscientes de que el rumbo que elijan en ese instante marcará por siempre el resto de sus vidas, y también el de la especie humana.
La única mujer del grupo, Anne Hathaway, que hace el papel de astronauta y de científica altamente reputada, dice que ante la falta de datos claros hay que dejarse guiar por la intuición, que es el amor que siente en su corazón. Y en vez de volver a casa, propone dirigirse a un planeta remoto a buscar a su amado Wolf, que es otro astronauta del que estaba y sigue enamorada que seguramente falleció en su última misión. Y explica en palabras textuales:
Anne: “Quizá hemos pasado demasiado tiempo intentado entender todo esto con teorías”
A lo que Matthew McConaughey responde: “Pero es que tú eres científica”
Y ella contesta: “Por eso mismo, escúchame cuando te digo que el amor no es algo que hayamos inventado. Es observable, poderoso. Tiene que significar algo”
Matthew: “Sí, el amor tiene un significado; tiene una utilidad social, nos une, la crianza…”
Anne: “Amamos a gente que ha muerto, ¿Qué utilidad social tiene eso?”
Matthew: “Ninguna”
Anne: “Quizá signifique algo más, algo que no podemos entender aún. Quizá es evidencia, o un artefacto de una dimensión superior que no podemos percibir conscientemente. Yo siento un magnetismo a través del universo hacia alguien a quien no he visto en una década, que probablemente esté muerto. El amor es la única cosa que podemos percibir que trasciende las dimensiones del tiempo y del espacio. Quizá deberíamos confiar en eso, aunque aún no podamos entenderlo”.
Y al final le dice a Matthew:
“Honestamente, la más ínfima posibilidad de volver a ver a Wolf me llena de ilusión.”
Y aquí es cuando la magia me ha llamado a escribir. Para recodarte que si existe la más ínfima oportunidad de que algo que enciende la llama de tu corazón salga adelante; ya sea un trabajo, una relación, o cualquier otra motivación, por favor no lo abandones. Si no fueras capaz de crearlo no serías capaz de verlo.
Quizá ahora pueda parecer que estás a una galaxia de alcanzarlo, pero si algo nos enseñan las estrellas es que la distancia y el tiempo son relativos. Como dijo un revolucionario ruso: “Hay décadas en las que no pasa nada, y hay semanas en las que pasan décadas”.
Así que no dejes de confiar. En esa fuerza tan gravitacional que a mí me ha llamado a escribir, y a ti te esta llamando a seguir; a seguir confiando en ti.
Ya lo dijo Anne: si hoy no tienes todos los datos que necesitas para tomar decisiones desde la teoría, guíate por tu intuición; por la voz que sale del amor que hay en tu corazón. Ella tiene siempre las respuestas antes que la mente, y te va a guiar al sitio en el que verdaderamente perteneces.
Como dijo el gran poeta Rumi:
“There is a voice that doesn’t use words. Listen.”
Os deseo unas bonitas Navidades y un cierre de año de escuchar a la voz que sale del corazón. Ahí reside la verdadera paz interior.
Con todo mi amor,
-Elena.

Wow, que bonito Elena. A ti te ha inspirado la película y a mi me acabas de dar tu la inspiración para mi y sobre todo para compartir con los que tengo mas cerca. Por un año de escucha, atención, presencia y mucho amor. Gracias siempre❤